Los centros comerciales deben renovarse constantemente en su tenant mix para captar la atención de sus clientes, especialmente a través de ofertas de entretenimiento. Esta renovación, además, puede ayudarles a mejorar su ocupación mediante el aprovechamiento de espacios poco transitados o subutilizados, como cubiertas y parqueaderos.
En línea con esta tendencia, la instalación de canchas de pádel en los malls se ha convertido en una estrategia innovadora que ofrece múltiples beneficios. Esta práctica ha permitido optimizar espacios infrautilizados como estacionamientos o azoteas, transformándolos en instalaciones deportivas que maximizan su uso y generan nuevos atractivos para los visitantes.
Asimismo, integrar canchas de pádel añade una opción de entretenimiento que complementa la oferta comercial tradicional, atrayendo a diversos segmentos de público y fomentando una mayor permanencia de los clientes en el lugar.
Por otro lado, fomenta la actividad física y la socialización. El pádel es un deporte accesible y social que promueve la salud y el bienestar, creando espacios donde amigos y familias pueden compartir experiencias, fortaleciendo así el sentido de comunidad.
Finalmente, es una alternativa que contribuye al aumento del tráfico de visitantes, prolonga su permanencia en el centro comercial y, potencialmente, eleva las ventas y mejora la rentabilidad de los locales.
En resumen, convertir espacios subutilizados en canchas de pádel es una solución creativa que beneficia a propietarios, comerciantes y visitantes, al transformar áreas desaprovechadas en centros de actividad y convivencia.
Breve historia del pádel
En 1969, Enrique Corcuera, un empresario mexicano con una finca en Acapulco, enfrentaba un problema: la abundante vegetación le impedía jugar tenis con comodidad. Por ello, decidió reducir el tamaño de su cancha, instalar paredes a su alrededor y rebautizarla como paddle-tenis.
Uno de sus amigos, miembro del Marbella Club de España, quedó fascinado con este nuevo deporte. Al regresar a España, decidió construir dos canchas en el club. Uno de los socios más entusiastas fue Manolo Santana, considerado el mejor tenista español de la época, quien al retirarse del tenis profesional comenzó a practicar y promocionar el nuevo deporte por la costa sur de España.
Así, durante la década de los 80, comenzaron a jugarse en el club los primeros torneos amateur de paddle-tenis, que más adelante adoptaría el nombre de pádel.
En México, sin embargo, el deporte no tuvo la misma acogida. Fue en Argentina donde encontró su segundo hogar, gracias a la afluencia de jugadores de polo que visitaban España y quedaron encantados con esta nueva disciplina. En 1991, las federaciones de pádel de España, Argentina y Uruguay fundaron en Madrid la Federación Internacional de Pádel (FIP), con el fin de organizar el circuito profesional e internacional del deporte y oficializar su estatus competitivo.
A Colombia, el pádel llegó mucho más tarde. Fue hasta mediados de 2015 cuando Compensar instaló las primeras dos canchas en su sede de la calle 238, en Bogotá. No obstante, su popularidad creció notablemente tras la pandemia.
El negocio del pádel en Colombia
Con el auge de la transformación digital en el deporte, el pádel encontró un gran aliado en la plataforma Easycancha. Esta aplicación, nacida en Chile en 2017 y llegada a Colombia en 2021, permite agendar y pagar fácilmente la reserva de canchas para deportes como fútbol, pádel y tenis, entre otros.
Según datos de Easycancha, en 2024 el pádel generó más de $55.000 millones en reservas, lo que representó un crecimiento del 265 % con respecto al año anterior. Actualmente, Colombia cuenta con más de 500 pistas y 160 clubes, posicionándose como uno de los mercados de mayor crecimiento en Sudamérica.
Figuras como Alejandro Falla, Juan Sebastián Cabal y Robert Farah han sido grandes promotores del pádel, contribuyendo a su rápido posicionamiento en el país.
Un negocio de servicio con alta rentabilidad
Santiago Díaz, empresario de Green Pádel, destaca que este es un negocio de servicio con altos márgenes de rentabilidad y bajos costos operativos. Sin embargo, advierte que su sostenibilidad no depende únicamente del alquiler de canchas. “No se trata solo de poner canchas y esperar a que la gente llegue. Hay que construir un modelo 360 que incluya cafetería, clases, patrocinios y eventos que fortalezcan la comunidad”, explica.
El sector ha transitado de una alta demanda con poca oferta a una etapa de regulación del mercado. En ciudades como Bogotá y Cali, la oferta ya supera la demanda, lo que ha provocado el cierre de algunos clubes. “Ahora hay que pensar estratégicamente. No basta con abrir un club, sino en cómo mantenerlo y generar experiencias que fidelicen a los jugadores”.
Panorama de rentabilidad
Los expertos coinciden en que la ubicación del club es un factor clave. Los centros comerciales ofrecen ventajas como seguridad, accesibilidad y menores costos de adecuación. Además, el negocio no depende exclusivamente del alquiler de canchas: cerca del 35 % de los ingresos proviene de servicios complementarios como cafeterías, venta de palas y accesorios.
Nuevos jugadores en el mercado
Spinning Center, tradicionalmente enfocado en gimnasios, ha comenzado a migrar hacia un modelo de clubes deportivos sociales. Bajo la marca Spin Pádel, está abriendo cuatro nuevos clubes en el país.
Uno estará ubicado en Barranquilla, y otro en el Centro Comercial San Rafael, en Bogotá, que contará con un gimnasio de 1.000 metros cuadrados y nueve canchas de pádel. También tendrá presencia en el MegaOutlet, con canchas, gimnasio, pilates, zonas húmedas y más. Un cuarto club, aún sin ubicación confirmada, también abriría sus puertas en 2025.
Además, a finales de julio, Spin Pádel inaugurará el club de pádel más grande del país y abrirá una nueva sede en el Centro Comercial Plaza de las Américas, bajo su concepto de ‘gym low cost’.
La compañía ha invertido más de $20.000 millones en estos proyectos.
Fuente: Mall & Retail