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EL LEGADO DEL COVID-19 EN EL RETAIL DE EEUU: 25.000 TIENDAS MENOS Y EL AUMENTO DE LOS MALLS VACíOS

Las grandes tiendas por departamento de Estados Unidos atraviesan uno de los momentos más difíciles de su ya complicada travesía en el negocio. Y es que, tras años de enfrentar los constantes cambios en los gustos de los consumidores, el avance del comercio electrónico y los altos costos de los arriendos en los centros comerciales, los primeros seis meses del año han estado marcados por el brote del coronavirus que obligó a cerrar los establecimientos. 

9.800 tiendas cerraron de forma definitiva en 2019

 

JCPenney se convirtió, el 15 de mayo, en el cuarto minorista de renombre en pedir, en 2020, protección para la bancarrota en la primera economía global. Semanas después, anuncio que bajaría la cortina en 154 ubicaciones como parte de su ‘’estrategia de optimización de tiendas’’. 

 

Antes, había sido la cadena de grandes almacenes Neiman Marcus la que se había declarado en quiebra. Por su parte, Macy’s, también en aprietos por falta de liquidez, tuvo que recurrir a asesores del banco de Inversión Lazard y al bufete de abogados Kirkland & Ellis para explorar opciones para intentar rescatar su negocio.

Victoria’s Secret, Pier 1 y Imports hasta firmas fuera de EEUU, como GAP e Inditex - la matriz de Zara, también han dicho que dirán adiós a algunos de sus locales físicos. 

 

Batiendo récord.

 

 

Así las cosas, según cálculos de Coresight Research, hasta 25.000 tiendas podrían cerrar permanentemente este año.

La cifra batirá el récord establecido en 2019, cuando más de 9.800 tiendas bajaron las cortinas de forma definitiva, tal y como lo indicó la firma minorista y de datos tecnológicos en su informe. 

 

Deborah Welnswig, responsable de Coresight dijo que ‘el cierre de grandes almacenes y grandes cadenas de ropa en centros comerciales creará un efecto dominó que significa malas noticias para los malls’’

 

Junto con los cierres, se anticipa que la cifra de bancarrotas de minoristas lastrados por la deuda seguirá en ascenso. 


Ya son 15 las cadenas importantes a nivel global que han presentado la solicitud de protección este año. 

Para algunos analistas el impacto estaría más enfocado en los centros comerciales, porque son los que menos han podido adaptarse a los factores que han venido redibujando al sector por décadas.

 

Los centros comerciales en EEUU se quedaron estancados, son muy transaccionales. Desde hace muchos años, se desarrollan el mismo modelo: grandes terrenos, muchas tiendas, mismos formatos y hasta los mismos colores y una oferta poco distinta. Esto hizo que fueran perdiendo atractivo.

EEUU tiene el mayor espacio de venta minorita per cápita del mundo y las menores ventas por metro cuadrado. 

 

Arriba de la ola 

 

El escenario Latinoamericano es  muy distinto, porque los centros comerciales ofrecen entretenimiento y espacios de recreación que no se ven en tal medida en EEUU. Es raro ver cines, parques y centros de entretenimiento para las familias dentro de los malls. Al menos no en la medida en que se ve en la región.

 

A ello se suma que las grandes tiendas ofrecen más que productos de vestuario o calzado y además, están volcados al e-commerce. Las tiendas departamentales en Latinoamérica tienen un futuro más promisorio, porque también son bancos y agencias de viaje, por ejemplo. Otro punto es que arriendan sus espacios a las marcas y eso permite que las nuevas generaciones tengan la comunicación directa que están buscando.

Fuente: Diario Financiero.