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LOS GIMNASIOS SON TAN RETAIL COMO UN SUPERMERCADO

Si no entendemos esto, tenemos un problema de vista.


El retail son productos y servicios que se venden o alquilan a un cliente final. Punto y final. Todas las demás definiciones sobre el retail son fallidas.

 

A los gimnasios van consumidores que buscan salud, estética, socialización, tribu. Consumidores que pagan por un servicio. Mayormente físico, pero también (y cada vez más), digital.

 

Ir al gimnasio trae consecuencias laterales: una moda específica cada vez más pujante, alimentaciones saludables, y estilos de vida que lo condicionan todo.

 

Y sin embargo, los gimnasios nunca (o casi nunca) salen en los foros ortodoxos del retail, fruto de esa mirada minúscula y con demasiadas murallas sobre lo que es el retail.

Si giramos la vista hacia los gimnasios, observaremos cómo el retail físico ha crecido de una forma descomunal en muchos sectores (en contra de lo que nos dice la teoría general y sin disidentes): en los últimos años no han dejado de abrirse gimnasios, y los españoles cada vez se han apuntado a ese acto de consumo tan físico que es ir a un gimnasio.

 

Su evolución en los últimos años ha sido sobresaliente, en una policromía absoluta, y en un viaje a la ultra especialización del que deberían aprender muchos sectores con sello de denominación de origen retail.

Hoy, hay gimnasios especializados en levantar ruedas, en subirse por sogas extraodinarias, lugares de culto donde los michelines son un crimen de lesa humanidad; hay gimnasios low cost, y boutiques fitness, locales supraespecializados en yoga, y centros de zumbas, paraninfos del boxeo y toda suerte de artes marciales, gimnasios especializados en niñ@s, y otros en una población cada vez mayor.

 

Los gimnasios lo han pasado fatal estos dos años, a tal punto que en  2020, más de 2.000 instalaciones deportivas cesaron su actividad.  Casi el 40% de las totales. Y se disparó el consumo de “fitness online”, y un trillón de apps abdominalíticas y ultramusculadas  fueron descargadas en nuestros ordenadores y teléfonos, en una suerte de diáspora hacía el sudor y el reto al espejo entre las paredes de nuestros hogares. 

De nuestros hogares confinados. Y en esta hipérbole del futuro del retail físico, si somos sensatos, concluiremos que los consumidores no han desertado para siempre jamás de los gimnasios, de eso tan físico, sino que regresarán a ellos de forma tranquila en cuanto las cosas se mejoren. Y es más, seguramente no borrarán sus app´s fitnessianas de sus móviles: serán físicos y digitales.


La salud y la estética son apuestas ganadoras en el retail. Y la salud y la estética maridan magnificamente en cualquier futuro por venir. Hoy, tras un bienio negro para los gimnasios, se empiezan a abrir nuevos, en un regreso lento pero imparable hacia el acto físico, el acto social, el acto humano en definitiva, en un mundo digital



Fuente: Laureano Turienzo Presidente de la Asociación Española del Retail .