En el mundo de los centros comerciales, las ventas mensuales por m2 son uno de los indicadores más importantes para medir la productividad de los locatarios. Este dato no solo permite comparar el desempeño entre marcas y categorías, sino también evaluar la eficiencia en el uso del espacio arrendado. A mayor venta por metro cuadrado, mayor capacidad tiene un local para sostener su operación, generar utilidades y, en muchos casos, pagar un arriendo más alto. Sin embargo, alcanzar cifras sobresalientes en este indicador no es fruto del azar: obedece a una combinación de variables que interactúan entre sí, muchas de las cuales dependen tanto del operador del local como de la gestión del centro comercial.
Un aspecto clave es el atractivo general del centro comercial y su capacidad para generar tráfico constante. La marca del mall, su reputación, la mezcla comercial y las experiencias que ofrece juegan un papel fundamental en la decisión del consumidor de visitarlo. Centros bien gestionados, con campañas publicitarias activas, actividades culturales y promociones frecuentes, no solo atraen más visitantes, sino que también crean un entorno propicio para la compra impulsiva. En este contexto, los locatarios pueden beneficiarse de un ecosistema que potencia su visibilidad y estimula el consumo.
Por supuesto, el perfil socioeconómico de la zona de influencia también tiene un peso significativo. Un centro comercial ubicado en un sector con alta densidad poblacional, buena conectividad y poder adquisitivo medio-alto cuenta con una base de clientes con mayor disposición de compra. La frecuencia de visita, el valor promedio del ticket y la afinidad con ciertos productos o servicios dependen, en gran medida, del entorno demográfico del mall. Conocer estos datos permite a los operadores ajustar su surtido, su estrategia de precios y sus promociones para maximizar el rendimiento por m2.
Finalmente, el desempeño de un local está directamente relacionado con la gestión interna del comerciante. Factores como el servicio al cliente, la presentación visual del punto de venta, la formación del personal, la disponibilidad del inventario y la eficiencia operativa influyen en la capacidad del negocio para convertir tráfico en ventas. Un buen operador sabe que no basta con estar en un buen centro comercial: hay que saber capitalizar cada metro cuadrado para lograr rentabilidad. En un entorno donde cada centímetro cuenta, estos cinco factores se convierten en el fundamento de una estrategia comercial exitosa.
Para Leopoldo Vargas Brand, CEO de Mall & Retail, "el Top 10 de ventas por m2 en la región es un ejercicio que permite identificar los complejos comerciales más productivos al cierre de 2024, dejando de lado a Brasil —un mercado de escala y cultura de consumo claramente distinta al resto de la región— para comparar realidades más homogéneas. Las cifras de ventas provienen de reportes de operadores y organismos sectoriales, y de estimaciones basadas en referencias locales, calculadas con base en la tasa de cambio promedio del año, reportada por los bancos centrales de cada país".
A continuación, los diez principales:
Alto Palermo – Buenos Aires.
GLA: 18.701 m² · US$ 875/m²-mes. Situado en Palermo Soho, uno de los barrios con ingreso per cápita más alto de la capital, este centro de apenas 190 locales vive de la densidad: moda rápida internacional, cosmética de lujo accesible y un patio gastronómico que atrae a residentes y turistas. Sin hipermercado ni grandes superficies, cada metro debe rotar a máxima velocidad. Por eso IRSA mantiene ocupación plena y rentas que superan holgadamente el 20 % de la facturación de muchos inquilinos.
Parque Arauco Kennedy – Santiago de Chile.
GLA: 119.000 m² · US$ 864/m²-mes. Ubicado entre Las Condes y Vitacura —el corredor de mayores ingresos de Chile—, reúne tiendas por departamento, un distrito de lujo con más de 70 marcas internacionales y un bulevar gastronómico al aire libre. Sus 25 millones de visitantes anuales se reparten entre compras de destino y ocio prolongado, lo que eleva el ticket promedio y justifica rentas de primer nivel.
Mallplaza Trébol – Concepción.
GLA: 118.945 m² · US$ 664/m²-mes. Sirve de eje comercial al Gran Concepción: recibe flujo universitario, portuario y aeroportuario. El equilibrio entre tiendas ancla (Paris, Ripley, Sodimac) y 60 ofertas de restauración, más un cine IMAX, prolonga la estancia hasta 120 minutos. El resultado es la mayor venta m2fuera de Santiago.
Centro Comercial Andino – Bogotá.
GLA: 19.000 m² · US$ 418/m². En plena zona rosa de la capital, concentra la oferta de lujo: Louis Vuitton, Cartier, Tiffany, entre muchas otras. Su portafolio compacto mantiene la densidad de ventas más alta de Colombia y permite a los arrendadores soportar rentas cercanas al 15 % de las ventas sin sacrificar márgenes.
Unicentro Bogotá – Bogotá.
GLA: 46.308 m² · US$ 407/m²-mes. Uno de los centros comerciales más emblemáticos del país. Combina supermercado (Éxito), tiendas por departamento (Falabella), cines y una amplia oferta de moda y servicios. Su zona de influencia incluye estratos altos, pero tiene capacidad de atracción sobre los estratos medios de toda la ciudad. Eventos comunitarios y una alta tasa de conversión sostienen sus más de 20 millones de visitas anuales.
Larcomar – Lima.
GLA: 20.000 m² · US$ 381/m²-mes. Propiedad de Parque Arauco. Construido en los acantilados de Miraflores, vive tanto del turismo como de los residentes de mayores ingresos. Carece de supermercado: cada metro se destina a moda boutique, recuerdos de calidad y 35 restaurantes con vista al mar, lo que eleva el ticket promedio sin requerir grandes superficies.
Parque La Colina – Bogotá.
GLA: 63.683 m² · US$ 319/m²-mes. Es un centro comercial ubicado en el sector residencial de Colina Campestre, con amplios pasillos, diseño arquitectónico que prioriza la experiencia del cliente. Ofrece una amplia gama de tiendas, restaurantes, entretenimiento y servicios, además de espacios para el emprendimiento y la innovación. Se destaca por sus iniciativas ambientales, como el uso de energía renovable, la gestión de residuos, el aprovechamiento del agua lluvia y la implementación de jardines verticales.
Jockey Plaza – Lima.
GLA: 170.461 m² · US$ 297/m². Es el mayor centro comercial del Perú. Su boulevard abierto alberga flagships tecnológicas, 80 restaurantes y las principales tiendas por departamento. La cercanía con Surco y La Molina —distritos de ingreso alto—, y la conexión directa con la Panamericana Sur explican un flujo superior a 50 millones de visitas anuales.
Titán Plaza – Bogotá,
GLA: 58.062 m² · US$ 291/m²-mes. Es el centro comercial de mayor tráfico del país con 46,5 millones de visitas. Se destaca por su oferta diversificada y experiencias innovadoras. Ofrece una amplia gama de tiendas, opciones gastronómicas, entretenimiento, y espacios para eventos, incluyendo una zona de negocios con oficinas. Además, se ha enfocado en experiencias únicas para los visitantes como exposiciones temáticas como la exposición "Tierra de Titanosaurios" con figuras animatrónicas y estaciones interactivas para atraer visitantes.
¿Por qué importa esta clasificación?
Para los propietarios: un nivel alto de ventas m2legitima alquileres mayores sin desbordar la “tasa de esfuerzo” de los arrendatarios. En Alto Palermo o Parque Arauco Kennedy, donde la cifra roza los 900 dólares, los contratos pueden incluir porcentajes variables de hasta el 15 % de ventas, manteniendo márgenes saludables.
Para los comerciantes: una tienda que vende el doble m2recupera más rápido su inversión y funciona como laboratorio de tendencias. Zara, por ejemplo, utiliza Alto Palermo para testar colecciones que luego replica en plazas secundarias.
Para los operadores: la alineación entre mezcla comercial y capacidad de pago es crítica. El caso de Mallplaza Trébol demuestra que ingresos medios —no tan altos como los de Santiago— pueden generar gran productividad si se combinan supermercado, ferretería, moda y ocio bajo un mismo techo.
Para la comunidad: un centro con buenas ventas concentra empleo, servicios y plusvalía inmobiliaria. Donde la cifra baja, la presión para reconfigurar la oferta (más gastronomía, más entretenimiento) se vuelve inmediata.
En conclusión, las ventas por m2 es el barómetro que revela cuánto valor real devuelve cada centro comercial a sus propietarios, a sus comerciantes y a su entorno. El ranking 2024 confirma que, incluso dentro de una misma región, el resultado depende de entender con precisión la cultura de consumo local y desplegar una mezcla capaz de convertir cada visita en compra efectivo.
Fuente: Mall & Retail