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VENEZUELA REABRE SUS VITRINAS A LA MODA Y DINAMIZA USD 2.452 MILLONES EN COMERCIO COLOMBIANO

Al cumplirse tres años de la reapertura de la frontera entre Colombia y Venezuela, la Cámara Colombo Venezolana (CCV) presentó un balance positivo del comercio binacional. Entre octubre de 2022 y julio de 2025, el intercambio alcanzó los USD 2.789 millones, de los cuales USD 2.452 millones correspondieron a exportaciones colombianas y USD 336 millones a importaciones venezolanas. La reanudación de los flujos comerciales Revitalizó la dinámica económica entre ambos países y abrió nuevas oportunidades para los sectores productivos, especialmente para el retail y la moda.

Según Juan Gabriel Pérez Chaustre, presidente ejecutivo de la CCV, “el balance de estos tres años demuestra que la reapertura fronteriza fue una decisión estratégica. No solo recuperamos la conectividad y la confianza entre los países, sino que sentamos las bases para un comercio más ordenado, seguro y con mayores oportunidades para los empresarios de ambos lados de la frontera”. Sus palabras reflejan el impacto estructural de una medida que, más allá de la política, devolvió vitalidad a los corredores comerciales y confianza a los inversionistas.

 

El caso más visible de este renacer se da en Cúcuta, donde el flujo constante de compradores venezolanos provenientes de San Cristóbal, Ureña y Rubio ha reanimado las ventas en los centros comerciales Ventura Plaza y Jardín Plaza. Los consumidores cruzan la frontera con dólares en efectivo o medios electrónicos internacionales en busca de moda, tecnología y artículos de consumo masivo. Este comportamiento ha beneficiado a marcas como Arturo Calle, Studio F, Offcorss, Vélez, Bosi, Pat Primo, Gef y Seven Seven, que se han consolidado como referentes del consumo venezolano en territorio colombiano. 

Los gerentes de tiendas coinciden en que los fines de semana se percibe una alta presencia de visitantes extranjeros, lo que ha dinamizado el comercio formal, la gastronomía y la hotelería en la zona.

 

El fenómeno ha trascendido el ámbito fronterizo. Marcas colombianas con trayectoria internacional están regresando a Venezuela, motivadas por la apertura comercial y el progresivo restablecimiento de la confianza económica. Mario Hernández, uno de los íconos del lujo nacional, mantiene su presencia en Caracas y Valencia con puntos de venta que atraen a un consumidor de poder adquisitivo medio y alto. Por su parte, Lili Pink, con su fórmula de diseño moderno y precios asequibles, fue de las primeras en aprovechar la reapertura, instalando tres tiendas en 2022 y ampliando su red en 2023 en los principales malls de Caracas. El dinamismo del público femenino y joven venezolano ha permitido a la marca expandir su modelo de franquicia local y reafirmar la fuerza del diseño colombiano en el exterior.

El retorno de grandes grupos internacionales también ha sido un efecto directo del restablecimiento comercial. En 2024, Inditex, propietario de Zara, Bershka y Pull&Bear, marcó un hito al abrir en el Sambil Chacao de Caracas la tienda Zara más grande de América Latina, con más de 5.000 metros cuadrados distribuidos en dos niveles. La operación fue posible gracias a su alianza con Grupo Futura, socio local que garantizó condiciones logísticas y contractuales estables. Esta reapertura no solo devolvió la presencia del gigante gallego al mercado venezolano, sino que envió una señal de confianza para el resto de la industria.

 

De manera paralela, marcas como Tous, La Martina, American Eagle, Victoria’s Secret, Karl Lagerfeld y Samsonite han retornado al país mediante franquicias gestionadas por Grupo David, operador regional con presencia en varios mercados latinoamericanos. Estas alianzas han convertido a los centros comerciales venezolanos en escenarios de renacimiento del consumo. Espacios como el Tolón Fashion Mall y La Vella Mall en Isla Margarita, que durante años enfrentaron una fuerte desocupación, hoy albergan vitrinas con marcas internacionales y cadenas latinoamericanas que apuestan nuevamente por Venezuela.

Este contexto también favorece al sector colombiano, que se ha reposicionado como proveedor de textiles, calzado, accesorios y productos complementarios para el mercado venezolano. Compañías nacionales como Protela, Coltejer, Lafayette y Fanalca Textiles han retomado sus exportaciones, suministrando materiales para la confección de prendas y uniformes que se comercializan en tiendas venezolanas. La recuperación de la logística terrestre y el restablecimiento de la conectividad aérea con Bogotá y Medellín han facilitado los tiempos de entrega y reducido los costos operativos.

 

Los centros comerciales fronterizos, por su parte, han reforzado su papel como plataformas de integración. Ventura Plaza, en Cúcuta, reporta una ocupación del 98% y un aumento sostenido en la llegada de visitantes internacionales, mientras que Jardín Plaza Cúcuta se consolida como el nuevo polo comercial del oriente colombiano, combinando moda, gastronomía y entretenimiento con una oferta de marcas nacionales y regionales. Este dinamismo ha reactivado empleos formales y ha incrementado el consumo en sectores de apoyo como el transporte, la hotelería y los servicios financieros.

Pese a las dificultades políticas y las tensiones sociales que aún persisten en el territorio venezolano, la moda y el retail han demostrado una sorprendente capacidad de adaptación. La entrada al mercado de H&M, prevista para finales de 2025 en el Sambil de Caracas, confirma que el interés por este mercado sigue vivo. El grupo sueco se une a la tendencia global de apostar por socios locales confiables para gestionar la operación en un entorno de riesgo controlado. Este modelo híbrido, que combina inversión extranjera con operación local, podría ser replicado por marcas colombianas que busquen posicionarse de nuevo en el mercado venezolano con bajos niveles de exposición.

 

La reactivación del comercio entre Colombia y Venezuela ha devuelto al sector retail su papel integrador entre economías hermanas. El dinamismo observado en los últimos tres años demuestra que la moda y el consumo pueden convertirse en instrumentos de reconstrucción económica y social, incluso en contextos de incertidumbre. En palabras de Juan Gabriel Pérez Chaustre, “la frontera se ha transformado en un corredor de oportunidades que impulsa el desarrollo regional y fortalece los lazos de confianza entre empresarios”.

Para Leopoldo Vargas Brand CEO de Mall & Retail “Existe una preocupación latente. En los últimos meses, el deterioro de las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela ha reintroducido un clima de incertidumbre en los mercados. Se espera que las tensiones diplomáticas no echen por tierra la recuperación que tanto ha costado consolidar, pues detrás de cada cifra comercial hay miles de empleos, emprendimientos y proyectos empresariales que hoy encuentran en el comercio colombo-venezolano una oportunidad de crecimiento y estabilidad”.

 

Fuente: Mall & Retail.

 

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