Durante más de un siglo, las plazas de toros fueron centros de reunión social, símbolos de poder y tradición en las ciudades de Iberoamérica. Sin embargo, la evolución de las costumbres, los cambios legislativos y el avance del urbanismo sostenible han dado paso a un fenómeno tan inesperado como fascinante: la reconversión de estos recintos en modernos centros comerciales. Este proceso, que mezcla respeto por el patrimonio y visión empresarial, ha dado origen a proyectos emblemáticos como Las Arenas de Barcelona en España y La Serrezuela en Cartagena Colombia.

El caso de Barcelona es uno de los más representativos en el mundo. La Plaza de Toros de Las Arenas, inaugurada en 1900 y clausurada como recinto taurino en 1977, permaneció abandonada durante décadas. En 2011 renació bajo una nueva identidad: Las Arenas de Barcelona, un centro comercial vanguardista que conserva la fachada neomudéjar original, pero introduce una estructura interior ultramoderna de acero, cristal y tecnología. La remodelación, a cargo del arquitecto británico Richard Rogers, fue un hito en la arquitectura europea al demostrar que el patrimonio y el comercio pueden coexistir en equilibrio.
Hoy, Las Arenas es una de las joyas del retail urbano europeo, con una superficie comercial de más de 100.000 m² distribuidos en seis plantas. Allí conviven más de 100 marcas internacionales que refuerzan su atractivo tanto para locales como para turistas. Entre las enseñas más destacadas se encuentran H&M, Mango, Desigual, Calzedonia, Swarovski, Nespresso, Apple, Sephora, Levi’s, Foot Locker, Fnac y Superdry, además de espacios dedicados a marcas de lujo accesible y diseño contemporáneo.
En su planta gastronómica, el centro ofrece un recorrido culinario que refleja la diversidad global del consumo moderno, con restaurantes como Vapiano, Pans & Company, Udon, 100 Montaditos, McDonald’s, Wok Street, La Tagliatella y terrazas con vista panorámica al Parque de Montjuïc y la Plaza España, uno de los puntos más visitados de Barcelona. Además, incluye un gimnasio Metropolitan, un cine multisala Arenas Multicines, un museo interactivo y una cúpula mirador de 360 grados que permite recorrer todo el perímetro superior de la antigua plaza. Así mismo hay servicios para turistas de alquiler Lockers para dejar el equipaje.
Pero detrás de esta transformación hay un trasfondo legislativo y cultural. En 2010, el Parlamento de Cataluña prohibió las corridas de toros en toda la comunidad, en respuesta a un cambio de sensibilidad social y animalista. Ello impulsó a las autoridades locales y a los inversionistas privados a buscar nuevos usos para estas infraestructuras. El resultado fue un modelo de reutilización adaptativa, que mantuvo el valor histórico de la edificación al tiempo que la integró en la economía contemporánea. Las Arenas se convirtió así en un emblema de cómo el comercio puede revitalizar espacios patrimoniales y contribuir al desarrollo urbano sostenible.
Un proceso semejante, aunque en clave latinoamericana, tuvo lugar en Cartagena. En el centro histórico de la ciudad amurallada, donde alguna vez resonaban los clarines taurinos, se construyó el Centro Comercial La Serrezuela, un proyecto que rescata la fachada republicana de la antigua plaza construida en 1893. Durante gran parte del siglo XX, La Serrezuela fue símbolo del esplendor cartagenero, pero las nuevas normativas sobre espectáculos públicos y el desuso del recinto llevaron a su cierre definitivo.

El proyecto de renovación, inaugurado en 2019, combinó la conservación patrimonial con la funcionalidad del retail contemporáneo. Su estructura interior, de diseño abierto y natural, alberga más de 90 locales comerciales y gastronómicos de alto nivel. Marcas como Adidas, Tous, Studio F, Vélez, Montblanc, Longchamp, Mussi, Bissú, Arturo Calle, Pandora y Agua Bendita hacen parte de su oferta, mientras que su Teatro Adolfo Mejía interno, con capacidad para 500 personas, reafirma su vocación cultural.
Este tipo de reconversión fue posible gracias a la legislación colombiana en materia de patrimonio. Cartagena, declarada Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1984, exige conservar las edificaciones de valor histórico y prohíbe su demolición.

Por ello, La Serrezuela representa una solución creativa: conservar el alma del edificio, pero transformar su uso hacia actividades sostenibles y generadoras de empleo.
Más allá del aspecto normativo, el cambio de uso refleja una tendencia global. Las nuevas generaciones buscan experiencias y espacios de encuentro más allá del consumo básico. En este contexto, los centros comerciales erigidos sobre plazas de toros se convierten en símbolos de transformación social: del espectáculo violento al espectáculo de la experiencia, del enfrentamiento al encuentro, de la tradición a la innovación.
El modelo también responde a un replanteamiento urbano. En lugar de expandir la ciudad con nuevas construcciones, se apuesta por reciclar arquitectura existente, reduciendo la huella ambiental y preservando la identidad del paisaje urbano. Las Arenas de Barcelona y La Serrezuela de Cartagena, aunque separadas por un océano, comparten un mismo propósito: demostrar que el retail puede ser un agente de memoria y evolución.
Para Leopoldo Vargas Brand CEO de Mall & Retail “Lo que comenzó como un giro legal —la restricción o prohibición de las corridas de toros— terminó siendo una oportunidad para la creación de espacios icónicos. Hoy, estas antiguas plazas son templos del consumo, la gastronomía y la cultura, donde el público sigue congregándose, ya no para ver un enfrentamiento, sino para celebrar la diversidad, el diseño y el encuentro urbano. La arena se transformó, pero el espíritu colectivo permanece, reinventado bajo la luz del retail moderno”.
Fuente: Mall & Retail