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LA FAMILIA DE NARVáEZ: LOS HEREDEROS COLOMBIANOS QUE PODRíAN QUEDARSE CON CARREFOUR ARGENTINA

El mercado minorista argentino vive uno de sus momentos más trascendentales de los últimos años. Carrefour, la cadena francesa que durante décadas ha sido un referente del consumo masivo en el país, anunció su intención de vender su operación local en medio de un panorama de consumo debilitado, inflación persistente y una incertidumbre macroeconómica que ha golpeado los márgenes del retail.

Aunque el grupo chileno Cencosud anunció que desistió de seguir participando en la licitación que lleva adelante el Deutsche Bank para, tres grupos empresariales han sido seleccionados como finalistas para adquirir los activos: Coto, Klaff Realty y el Grupo De Narváez (GDN), este último con profundas raíces colombianas y una historia que conecta directamente con los orígenes del moderno comercio al detal en América Latina.

 

El proceso de venta, contempla la transferencia de activos físicos, contratos con proveedores, esquemas laborales y estrategias de facturación. Las ofertas finales deben presentarse en un plazo de seis semanas, y todo indica que el desenlace marcará un antes y un después en la estructura competitiva del retail argentino. Entre los interesados, el Grupo De Narváez emerge como un contendiente con una combinación singular de experiencia local, respaldo internacional y una herencia familiar que se remonta a Colombia.

El Grupo De Narváez (GDN)

 

La historia de esta familia se remonta a Bogotá en la década de 1940, cuando dos visionarios de origen checoslovaco, Federico Deutsch y Kerel Steuer, fundaron Almacenes Tía (Tiendas Industriales Asociadas) en la carrera 7ª con calles 16 y 17. Inspirados en los modelos de autoservicio europeos, introdujeron un concepto revolucionario para la época: tiendas donde los clientes podían recorrer los pasillos, tocar los productos y pagar precios fijos sin la intermediación de un dependiente. Esta innovación marcó el nacimiento del autoservicio en Colombia y el inicio de una red comercial que posteriormente se expandiría a Argentina, Uruguay, Perú y Ecuador.

 

La conexión colombiana se consolidó con la unión familiar entre Doris Steuer, hija de uno de los fundadores de Tía, y Juan Salvador De Narváez Vargas, miembro de una reconocida familia bogotana vinculada históricamente al negocio cafetero y descendiente directo del expresidente José Manuel Marroquín. De esta unión nacieron Carlos y Francisco De Narváez Steuer, quienes más tarde se convertirían en protagonistas del comercio argentino, al adquirir y expandir la cadena Casa Tía, símbolo de eficiencia, cercanía y modernidad para varias generaciones de consumidores del Cono Sur.

En 1998, los hermanos De Narváez vendieron la operación argentina de Casa Tía al fondo Exxel Group por cerca de USD 650 millones, cerrando un ciclo exitoso que había consolidado a la marca como una de las preferidas en el país. Sin embargo, los vínculos de la familia con el retail no se interrumpieron. Años después, Francisco De Narváez retomó su apuesta empresarial con la adquisición de la operación de Walmart Argentina, que rebautizó como Changomás, y que hoy emplea a más de 9.000 personas. Su grupo se ha posicionado entre los principales jugadores del sector, con una propuesta enfocada en precios competitivos, surtido eficiente y cercanía con el consumidor.

 

Hoy, el Grupo De Narváez, que aspira a quedarse con Carrefour Argentina, cuenta con el respaldo del fondo internacional L Catterton, asociado al grupo de lujo LVMH (Louis Vuitton Moët Hennessy). Este apoyo financiero, junto con su experiencia operativa en Argentina, Uruguay y Ecuador —donde manejan marcas como Ta-Ta, Multi Ahorro Hogar, WoOW! y San Roque—, fortalece su posición frente a competidores como Cencosud, que si bien ofreció una cifra mayor, enfrenta obstáculos regulatorios por su alta participación en el mercado.

El conglomerado familiar ha diversificado sus operaciones más allá del retail alimentario. En el segmento de moda y confección, el Grupo De Narváez participa en Rapsodia, Baby Cottons y Caro Cuore, tres marcas consolidadas en América Latina con más de 100 tiendas propias y presencia en países como Chile, México, Colombia, Paraguay, Uruguay y Panamá. Solo Rapsodia factura cerca de USD 150 millones anuales y produce más de dos millones de prendas al año, lo que demuestra la capacidad de gestión, diseño y expansión que caracteriza al grupo.

 

Además, los De Narváez han incursionado en el negocio inmobiliario a través de Ribera Desarrollos S.A., responsable de proyectos de gran escala como Paseo Alcorta, Shopping La Ribera, Paseo del Sol, y Alrío, un complejo de uso mixto en Buenos Aires que combina comercio, vivienda, oficinas y espacios recreativos. Este enfoque integral —que combina desarrollo inmobiliario, gestión de marcas y operación comercial— los convierte en un actor estratégico para reimpulsar Carrefour desde un modelo más sostenible, experiencial y de proximidad.

Si se concreta la adquisición, Changomás y Carrefour se integrarían bajo un mismo paraguas, conformando una de las redes de retail más grandes del país con más de 17.000 empleados y una cobertura nacional de tiendas de gran formato y proximidad. Para el consumidor argentino, significaría una nueva etapa en la modernización del autoservicio, donde la eficiencia logística, las alianzas estratégicas y la tecnología serían ejes centrales.

 

Por su parte, los otros competidores —Cencosud, Coto y Klaff Realty— mantienen estrategias diferenciadas. El grupo chileno Cencosud, con enseñas como Jumbo y Disco, posee músculo financiero, pero enfrenta un posible veto por concentración de mercado. Coto, con estructura familiar, podría avanzar más rápido en la negociación, aunque su modelo de hipermercado no se ajusta a los 500 locales Express de Carrefour. Y Klaff Realty, de capital estadounidense, carece de experiencia operativa local, lo que podría limitar su gestión en el corto plazo. Frente a este panorama, el grupo liderado por Francisco De Narváez aparece como el candidato más equilibrado entre solvencia, experiencia y conocimiento del mercado.

Para la industria latinoamericana del retail, la posible compra de Carrefour por parte de los De Narváez tendría una dimensión simbólica: el retorno de una familia que ayudó a sembrar los fundamentos del autoservicio en la región, ahora en posición de adquirir a la cadena que, en su momento, compró su propio legado. Es un ciclo que se cierra y, al mismo tiempo, una nueva oportunidad para reconfigurar la distribución moderna en Argentina bajo un liderazgo con raíces colombianas y visión internacional.

 

En un entorno donde los márgenes son cada vez más estrechos y la fidelidad del consumidor se gana con eficiencia, innovación y cercanía, los De Narváez parecen tener claro el rumbo: combinar la tradición de Tía con las nuevas exigencias del retail digital y omnicanal. Si logran concretar la adquisición, el apellido De Narváez volverá a ocupar el lugar que tuvo hace casi un siglo: el de pioneros que transformaron la forma de comprar en América Latina.

 

Fuente: Mall & Retail.