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PARQUE ARAUCO: 15 AñOS QUE CAMBIARON EL RUMBO DEL RETAIL COLOMBIANO

La celebración de los 15 años de Parque Arboleda en Pereira no es solamente un aniversario simbólico. Es el punto de partida para revisar el papel que ha desempeñado Parque Arauco en la transformación del mercado colombiano de centros comerciales, un cambio estructural que comenzó años antes de la inauguración de este activo y que consolidó un nuevo modelo de gestión, operación y diseño en un país que, hasta ese momento, se sostenía mayoritariamente sobre el esquema de propiedad horizontal. 

La llegada del operador chileno marcó un antes y un después, al introducir estándares internacionales de gobernanza, sostenibilidad, productividad comercial y profesionalización del activo, elementos que redefinieron la competencia y el comportamiento del consumidor.

 

Antes de la apertura de Parque Arboleda, Parque Arauco ya había avanzado silenciosamente en el país, a través del análisis del mercado, la estructuración de alianzas locales y la exploración de oportunidades estratégicas para la expansión de su modelo. Esta etapa inicial permitió entender las dinámicas del consumidor colombiano, identificar vacíos en la oferta y estudiar el potencial de ciudades con crecimiento acelerado. 

 

La compañía ingresó con un enfoque técnico y progresivo, muy distinto al modelo tradicional colombiano en el que los centros comerciales eran concebidos principalmente como proyectos inmobiliarios basados en la venta de locales, más que como activos de inversión destinados a la operación permanente. 

Fue precisamente ese cambio de enfoque lo que ayudó a elevar los estándares de la industria y a transformar la manera de concebir un centro comercial como un negocio vivo, medible y orientado al largo plazo.

 

El operador chileno llega a Colombia con un ADN construido desde su origen en Santiago, donde nació en 1982 con la apertura de Parque Arauco Kennedy, uno de los primeros malls modernos de Sudamérica. Desde ese momento, la compañía se caracterizó por aplicar modelos de gobierno corporativo robustos y una estrategia comercial basada en experiencia, arquitectura y eficiencia operativa, una visión que más adelante se replicó en Perú y Colombia. 

 

Su presencia regional es relevante porque no opera desde la intuición sino desde sistemas de gestión probados, con métricas rigurosas y un marco estratégico que equilibra experiencia del visitante, sostenibilidad, productividad del comercio y calidad del activo inmobiliario.

 

En contraste, Mallplaza—también de origen chileno—surgió una década después como una derivación del conglomerado Falabella, con un enfoque más orientado a macroproyectos urbanos y a anclar grandes tiendas por departamento. Su nacimiento también se dio en Santiago, pero bajo un modelo más vertical, especialmente alineado con retail masivo y con estrategias de escala. Aunque ambos comparten origen y expertise, sus caminos y propuestas son diferentes: uno más equilibrado y orientado al portafolio; el otro más concentrado en megaproyectos. Esta diferencia es clave para el análisis competitivo actual en Colombia.

Cuando Parque Arauco entró al país, la industria local vivía una realidad muy distinta. El grueso de los centros comerciales funcionaba bajo modelos de copropiedad, con decisiones atomizadas, gobiernos corporativos complejos y limitaciones para adoptar estrategias unificadas de operación, sostenibilidad, mezcla comercial o imagen de marca. 

 

La llegada del operador chileno introdujo un modelo radicalmente distinto: propiedad concentrada, operación especializada y visión de largo plazo. Esto permitió profesionalizar procesos, mejorar la experiencia de cliente, integrar gastronomía y entretenimiento como ejes estratégicos y desarrollar centros comerciales como plataformas vivas, no como colecciones de locales.

Bajo ese modelo, el portafolio colombiano fue creciendo con activos de alto desempeño: Parque La Colina en Bogotá, hoy uno de los centros comerciales más productivos del país; Parque Caracolí en Bucaramanga, referente regional; Parque Alegra en Barranquilla, motor de transformación en el sur de la ciudad; Parque Fabricato en Bello, pieza de una de las renovaciones urbanas más importantes del Valle de Aburrá; y Sopó Outlet en la Sabana, un formato híbrido orientado al turismo y al consumo consciente. Este conjunto diversificado le permitió al operador balancear riesgo, aumentar capilaridad y atender distintos perfiles de consumidores.

 

La estrategia de sostenibilidad de Parque Arauco ha sido otro elemento diferenciador en su propuesta de valor. La compañía decidió transformar su aproximación tradicional a la responsabilidad social, pasando de la filantropía a la sostenibilidad, entendida como un equilibrio entre lo económico, lo social y lo ambiental. Su marco se sustenta en tres pilares: gobierno corporativo, social y ambiental. En el primero, ha priorizado la transparencia y la ética; en el segundo, promueve la inclusión y el emprendimiento local; en el tercero, ha impulsado estándares ambientales elevados, visibles en la reducción de consumo de energía, agua y residuos, así como en el diseño de activos con certificaciones internacionales. 

 

Todo este proceso ha sido guiado por el liderazgo de Eduardo Pérez Marchant, quien cuenta con una sólida formación en economía y negocios, experiencia corporativa en Chile y trayectoria ejecutiva en la expansión internacional de Parque Arauco. Su paso por Colombia representó una etapa de consolidación institucional, fortalecimiento de los equipos y adopción de modelos operativos sofisticados. 

 

Pérez Marchant se distingue por combinar visión estratégica, enfoque en productividad comercial y sensibilidad por las particularidades locales. Bajo su dirección, el portafolio colombiano se profesionalizó, se reforzaron las métricas de desempeño, se incorporaron prácticas de sostenibilidad y se elevó el estándar de servicio y relación con los locatarios.

 

Su liderazgo también ha sido determinante en el posicionamiento de Parque Arauco frente a Mallplaza en Colombia. Un análisis comparativo muestra que el primero registra centros comerciales muy maduros y de alta productividad, como Parque La Colina y la participación adquirida en Titán Plaza, ambos con ventas superiores al $1,2 millónes por m2 mensual. Este nivel de productividad supera en 40% a su competidor chileno.

 

Mallplaza, por su parte, aunque cuenta con activos relevantes como Mallplaza Cartagena, Mallplaza Buenavista, Mallplaza NQS, Mallplaza Manizales y la reciente incorporación de Mallplaza Cali, enfrenta un portafolio con fuerte peso de GLA en fase de maduración. Cali y Manizales aún están en crecimiento y NQS, pese a su escala urbana, requiere mayor estabilización comercial. Además, los indicadores recientes están influenciados por el efecto apertura de Cali, cuyo impacto inicial genera un “halo” positivo, incrementando tránsitos y conversión, pero que inevitablemente se estabilizará con el tiempo.

Parque Arauco, por su parte ya se encuentra en una fase de madurez operativa, con activos estables, un portafolio equilibrado y una estrategia de sostenibilidad que refuerza su competitividad. Esto le da una ventaja estratégica y muestra la relevancia del liderazgo ejercido por Pérez Marchant en la consolidación regional de la empresa.

 

Para Leopoldo Vargas Brand CEO de Mall & Retail  ”Los 15 años de Parque Arboleda son el reflejo de un proceso de transformación profunda que empezó antes de su inauguración y que consolidó un modelo de operación profesional, sostenible y orientado al largo plazo”. 

 

“Parque Arauco no solo cambió la manera de hacer operar centros comerciales en Colombia: redefinió el estándar competitivo y abrió un nuevo capítulo para una industria que hoy opera con mayor institucionalidad, mejor experiencia de cliente y una visión clara de sostenibilidad. Su liderazgo, su portafolio y su capacidad de anticipar tendencias lo posicionan como uno de los grandes protagonistas del retail latinoamericano”. Señalo Vargas Brand.

 

Fuente: Mall & Retail.