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En las empresas de rápido crecimiento, especialmente aquellas nacidas bajo el liderazgo carismático de un fundador, uno de los desafíos más complejos en materia de gobierno corporativo es definir el momento y la forma en que se da la transición entre el rol operativo del CEO y el papel estratégico del Chairman de la junta directiva.

El fundador suele concentrar visión, cultura, relaciones y autoridad moral. Por ello, cuando llega el instante de apartarse de la dirección ejecutiva, el principal riesgo es afectar la continuidad estratégica o generar tensiones internas. En este sentido, el proceso que está liderando Marcos Galperin en Mercado Libre se ha convertido en una referencia para América Latina sobre cómo gestionar esa transición sin alterar el ritmo de innovación ni la competitividad de la organización.
Durante su reciente intervención como orador central en la cena anual del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) en Montevideo, Galperin compartió una radiografía de la empresa y del camino que ha recorrido para reubicar su rol dentro de una estructura que hoy opera uno de los ecosistemas tecnológicos más sofisticados del continente.
Aunque Mercado Libre compite de frente contra gigantes globales como Amazon y enfrenta la presión creciente de plataformas asiáticas con estrategias agresivas de precios y logística, el fundador enfatizó que los pilares que se construyeron durante más de dos décadas —innovación, cultura tecnológica y disciplina financiera— permiten que la compañía mantenga un liderazgo sobresaliente incluso en los mercados más dinámicos.
Esa base sólida ha sido clave para que Galperin pueda iniciar su transición desde la dirección ejecutiva hacia la presidencia de la junta directiva. Lejos de un retiro, su nuevo rol se concentra en los temas de mayor impacto estratégico, donde su visión fundacional crea verdadero valor: inteligencia artificial, criptomonedas, diseño de nuevos productos e innovación disruptiva. Su estructura de reporte es mínima: solo seis personas le reportan directamente, muchas de ellas con más de veinte años en la organización. En términos de gobierno corporativo, este equipo estable representa un activo crítico para mantener la cohesión cultural y la continuidad del pensamiento estratégico en un negocio que no deja de crecer.
El caso de Mercado Libre muestra cómo un CEO fundador puede retirarse del día a día sin desestabilizar a la compañía si existen tres elementos centrales: una línea ejecutiva profesionalizada, una junta directiva capaz de supervisar con independencia y una definición clara del rol del Chairman como figura orientada a proteger la visión de largo plazo. En la práctica, Galperin ha cedido operaciones, pero no propósito; ha delegado la ejecución, pero no la anticipación estratégica. Ese equilibrio, aunque complejo, es la base de una transición saludable y un ejemplo replicable para empresas familiares, multilatinas o compañías tecnológicas de rápido crecimiento.
El propio recorrido del fundador ayuda a comprender la naturaleza de esta transición. Su visión surgió en una universidad norteamericana al identificar la ausencia de un mercado digital de productos usados en América Latina. En un entorno de baja confianza, escaso acceso tecnológico y un ecosistema de emprendimiento incipiente, la clave no fue solo la idea, sino la conformación de un equipo capaz de navegar la incertidumbre, sobrevivir al estallido de la burbuja puntocom y sostener financiamiento cuando otros emprendimientos desaparecían.
Ese proceso consolidó una cultura organizacional resiliente, analítica y orientada al aprendizaje continuo, cualidades que hoy facilitan la separación entre fundador y operador.
Incluso momentos icónicos, como el IPO en la Bolsa de Nueva York, marcaron la importancia de mantener una mirada estratégica por encima de las fluctuaciones del mercado. Esa disciplina es la que, dos décadas después, permite que Galperin —desde su rol como Chairman— conserve la capacidad de orientar la compañía sin interferir en las labores del equipo ejecutivo.

El desarrollo de Mercado Pago es otro ejemplo de cómo la compañía ha sabido evolucionar sin depender exclusivamente del fundador. Aunque él concibió el sistema de pagos desde los primeros días, solo años después surgió un ecosistema financiero robusto que hoy opera más allá del marketplace, demostrando que la organización está preparada para innovar con liderazgo compartido.

En términos de mejores prácticas de gobierno corporativo, el caso Mercado Libre confirma que la transición del CEO fundador no debe interpretarse como un retiro, sino como una reconfiguración del liderazgo. El Chairman aporta visión, supervisión y conexión con el pensamiento global, mientras que el CEO ejecutivo garantiza la ejecución, la eficiencia y la disciplina interna. Cuando esta arquitectura está bien diseñada, la empresa conserva la esencia fundacional pero acelera su capacidad de adaptación. Galperin lo resume al recomendar a los emprendedores desarrollar pensamiento crítico basado en matemáticas, ciencias duras y lógica, porque es esa formación la que permite enfrentar industrias altamente competitivas sin depender de una sola persona.
Antes de finalizar su intervención, el fundador dejó un mensaje contundente para quienes comienzan un proyecto innovador: el motor no es el dinero, sino la pasión por resolver problemas reales.
Para Leopoldo Vargas Brand CEO de Mall & Retail “La Transición de Galperin hacia Chairman no genera incertidumbre en los mercados, sino confianza en la madurez institucional de una compañía que ha aprendido a combinar visión emprendedora con estructura corporativa”.
“Mercado Libre demuestra que cuando un fundador entiende que la sostenibilidad depende de fortalecer la gobernanza, el tránsito del CEO al Chairman no es una renuncia, sino el paso natural hacia el liderazgo estratégico de largo plazo.” Señalo Vargas Brand.
Fuente: Mall & Retail.
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