Continuando con los 10 hechos más significativos de la industria de centros comerciales y retailers en el año que termina, en esta edición se aborda uno de los temas que mayor relevancia adquirió durante el año: la sostenibilidad como criterio de gestión.
La sostenibilidad dejó de ser un concepto aspiracional para convertirse en un criterio de gestión que influye directamente en la competitividad, la operación y el relacionamiento de los centros comerciales con sus comunidades. A lo largo del año, distintas iniciativas orientadas a la eficiencia energética, la reducción del impacto ambiental y la mejora del bienestar urbano demostraron cómo el sector avanza hacia modelos más responsables y alineados con las expectativas del mercado.
El avance de la sostenibilidad en los centros comerciales no ocurrió de manera repentina; responde a una evolución en la que consumidores, reguladores, inversionistas y administradores reconocen que la gestión ambiental, social y de gobernanza se ha vuelto indispensable para garantizar la permanencia y el desempeño de los activos.
Hoy, un centro comercial competitivo ya no se evalúa únicamente por su mezcla comercial o su tráfico, sino por su capacidad de operar de forma eficiente, transparente y en equilibrio con su entorno.
Esta transformación implica pasar de acciones puntuales a estrategias integradas que abarcan el uso racional de la energía, la optimización del agua, la gestión de residuos, la relación con la comunidad y la creación de espacios más saludables y confortables.
En este contexto destacamos algunos ejemplos de estas buenas prácticas. Titán Plaza avanzó en la formalización de su enfoque de responsabilidad social al obtener la certificación internacional Worldcob-CSR:2011.3. Este reconocimiento, basado en la verificación de políticas internas y procesos de gestión, refleja que el centro comercial ha alineado parte de su operación con los lineamientos de la ISO 26000:2010 en temas como relaciones laborales, salud y seguridad, gestión ambiental y vinculación con la comunidad. Más que un logro extraordinario, la certificación confirma un proceso de ordenamiento y fortalecimiento institucional que contribuye a generar confianza entre visitantes, colaboradores y marcas, y ofrece un marco de referencia para la mejora continua.
Otro activo que incorporó avances relevantes durante 2025 fue Iserra 100, que continúa un proceso de actualización orientado a la eficiencia y a la mejora de su infraestructura. Entre las acciones implementadas se destaca la instalación de un sistema de paneles solares que aporta alrededor del 30% del consumo energético del activo. Este proyecto evidencia un esfuerzo por reducir costos operativos y mejorar el desempeño ambiental del centro comercial, dentro de un plan más amplio de modernización que incluye renovación de zonas comunes, actualización de iluminación y ajustes que buscan mejorar el confort del visitante. La estrategia de Iserra 100 se basa en intervenciones progresivas, orientadas a fortalecer la vigencia del activo en un entorno donde la eficiencia y la sostenibilidad son cada vez más valoradas.
En el sur del país, el Centro Comercial Santa Lucía Plaza avanzó de manera significativa en la adopción de energías renovables mediante la instalación de un sistema solar fotovoltaico que se encuentra entre los más representativos de la región. El proyecto contempla 1.196 paneles solares distribuidos en cinco cubiertas, con capacidad para cubrir cerca del 40% de la demanda energética una vez entre en funcionamiento. Este tipo de iniciativas contribuye a diversificar la matriz energética del centro comercial y reducir su impacto ambiental, además de ofrecer mayor estabilidad en el valor de la energía a largo plazo. Santa Lucía Plaza complementó este proyecto con servicios orientados al visitante, como una silla solar con puertos USB y carga inalámbrica, así como una estación de carga para vehículos eléctricos, aportando a la transición progresiva hacia prácticas de movilidad más sostenibles en Neiva.
Los avances observados en estos centros comerciales muestran que la sostenibilidad en la industria no depende de grandes transformaciones, sino de implementar acciones consistentes y medibles que respondan a las exigencias del mercado y a la realidad operativa de cada activo. La prioridad está en mejorar la eficiencia, reducir costos, fortalecer procesos internos y construir ambientes más saludables y coherentes con las expectativas de un consumidor cada vez más informado.
El balance de 2025 confirma que la sostenibilidad se consolidó como un elemento central de gestión para los centros comerciales en Colombia. Los ejemplos mencionados muestran que avanzar hacia modelos más responsables no implica cambiar la naturaleza del negocio, sino integrar prácticas que agregan valor y fortalecen la reputación. La competitividad del retail físico dependerá, cada vez más, de la capacidad del sector para operar bajo criterios ambientales y sociales que acompañen la evolución urbana y las nuevas dinámicas del mercado.
Fuente: Mall & Retail.
