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CHOPINAR, 35 AñOS DEGUSTANDO EL PALADAR DE LOS BOGOTANOS

¿Quién en Bogotá no ha ido Chopinar a comer chorizo? Esta es una empresa colombiana dedicada a la comercialización de comidas rápidas. Nació en la esquina de la calle 53 con carrera 16 en el año de 1988, ofreciendo productos tradicionales como chorizos, pinchos y arepas.

 

De acuerdo con información de esa empresa, “nuestros productos son fabricados con todos los cuidados y las técnicas modernas necesarias para ofrecer una excelente calidad que cumpla con las expectativas de nuestros clientes”.

 

 

Señalan en su mensaje corporativo que “estamos 100% comprometidos en brindarles lo mejor, es por eso que cada punto de venta ha sido fruto de nuestro trabajo, no a través de franquicias o terceros, lo que permite tener el sello Chopinar sin comprometer nuestra calidad”.

Primero las arepas

 

De acuerdo con la información publicada en la tesis de grado denominada “Propuesta estratégica para el restaurante de comidas rápidas Chopinar”, realizada por la ingeniera Diana Carolina Pérez Jordán, “el Chopinar fue fundado en Bogotá, Colombia, en el año de 1988, por Conrado Pérez Gómez. La idea de crear Chopinar surgió de la necesidad por parte de su fundador de obtener mayor estabilidad y hacer crecer su negocio, ya que antes de registrar la marca en Cámara y Comercio, este se dedicaba a la comercialización de arepas con queso, las cuales se ofrecían en carritos ubicados en los antejardines de los establecimientos comerciales”.

 

Explica en su estudio Pérez Jordán que “aunque este negocio logró tener rápidamente una gran acogida y después de cuatro años tener un total de doce carritos ubicados en diferentes partes de la ciudad, era necesario buscar locales donde se pudiera funcionar bajo un esquema más organizado, con la opción de aumentar la variedad de productos ofrecidos y consolidar la marca en la ciudad”.

 

Inversión inicial

 

Sostiene que “la empresa Chopinar, como tal, se creó con una inversión inicial de aproximadamente 1 millón de pesos, ofreciendo tres productos principales (chorizo, pincho y arepa), con los cuales se definió su nombre”.

 

El primer punto se abrió en la calle 53 con carrera 16 esquina, en un local en arriendo, resultando un negocio exitoso y rentable, por lo que después de tres años de funcionamiento aproximadamente, se abrió un segundo Chopinar en un local propio ubicado en la calle 60 con carrera 17. Luego se compró la propiedad donde estaba ubicado el Chopinar de la 53, logrando la ampliación del local y la creación de parqueadero. Después se abrieron más puntos, algunos con parqueadero y otros con opción de parqueo en los andenes”.

Los bolardos

 

En la publicación, la ingeniera indica que “entre los años de 1998 y 2000, se aprueba en Bogotá, en la alcaldía de Enrique Peñalosa, la política de los bolardos para proteger el espacio público, lo cual tiene un impacto negativo sobre las ventas del negocio, a causa de la imposibilidad de parqueo en algunos puntos. Por lo cual, la gerencia del negocio vio la necesidad inmediata de adquirir predios aledaños a los locales para abrir parqueaderos. La adquisición de los predios se logró, pero a precios bastante altos (habiendo podido comprarlos unos años atrás a muy buenos precios). Los locales que se abrieron de ahí en adelante, se diseñaron con parqueadero propio o con la opción de parqueadero público”.

Los parqueaderos

 

Sin embargo, este cambio generó rechazo por parte de algunos clientes, ya que estaban acostumbrados al desorden y preferían dejar el carro parqueado en el andén enfrente del negocio, a tener que caminar un poco más para dejar el carro en el parqueadero. Luego los clientes se adaptaron a la nueva organización y el negocio continuó su funcionamiento habitual. Posteriormente se implementó en Bogotá la política del Pico y Placa para particulares, la cual tuvo un impacto negativo en el negocio, reduciendo las visitas de clientes y la extensión del horario del mismo.

 

Transformación

 

Pese a esta situación, en los últimos cinco años Chopinar ha tenido las mayores transformaciones, incluyendo cambios de imagen y reestructuración de los locales, utilización del software Gamasoft para el control del registro y facturación de ventas (antes todo se manejaba por medio de registradoras), nuevo sistema de pedidos digiturno, cambios de algunos proveedores de salsas y aderezos, mejoramiento de los procesos de fritura y mantenimiento de los productos.

 

Los degustadores

 

Tomando como referencia el consumo de los productos de Chopinar, muchas personas por medio de Twitter y las redes sociales han compartido sus experiencias, que este medio las replica para mostrar la importancia de este negocio de comidas rápidas tradicional en el paladar de los bogotanos y de muchos turistas que llegan a la capital.

 

Por ejemplo, el usuario cringelandia dice: “Te invito a que nos saltemos la etapa de ir a restaurantes caros y pasemos directamente a las noches de comer arepitas de Chopinar y ver Betty arrunchados con el gato”.

 

Por su parte, Eduardop118 dice sobre Chopinar: “Un invento original y tradicional en Bogotá, comida para estudiantes nocturnos y borrachos, pero deliciosa, así empezó en la 61 con 17 y en la 53 con 19, pero ahora hay muchas sedes en Bogotá, muchas de ellas en estaciones de servicio. Chorizo, pincho de cerdo y arepa extraqueso en un solo plato, con dos mil o tres mil calorías, con un ají de mil demonios. Muy recomendado, comida popular en sitios limpios”.

El combo

 

Asimismo, José A sostiene: “Muy bueno el recomendado de la carta en el Chopinar: se refiere al combo *Chorizo Pincho Arepa*. Me gusta”.

 

En estas preferencias coincide Andrés C sobre el restaurante: “Un auténtico y delicioso pecado exprés. Una parada en Chopinar es un deleite para quienes gustamos del chorizo, del pincho y de la arepa. Su sabor y su calidad son inigualables y se abona que en todos los sitios sabe igual. La variedad es suficiente para convivir con la modalidad exprés. Mi recomendado Chopinar de cerdo”.

 

En este mismo sentido, el degustador llamado Andrés Alarcón dice: “Famoso y sabroso. Sin duda este restaurante ha logrado superar el tiempo a punta de pinchos bien sazonados y chorizos de primera. Es la muestra de cómo la especialización en pocos productos de calidad puede llevar al éxito una cadena que ha crecido por la autenticidad de su oferta. El ambiente debería mejorar, pero aún siguen siendo un referente importante para este tipo de alimentos”.

 

Por último, otro usuario, llamado alonsopio, señala: “Lo máximo!! Recomendadísimo, descomplicado, sabroso, rápido, superhorarios, aceptan tarjeta débito y crédito, dispone de espacios para parqueaderos, es simplemente lo mejor para comer rápido y sabroso”.

 

Fuente: El Nuevo Siglo