En el corazón de la revolución de la IA en el comercio minorista se encuentra la creación de un ecosistema que mejora la experiencia de compra de los consumidores sin representar directamente una venta. En lugar de ver la IA como una herramienta para generar ventas, las marcas deberían verla como un medio para crear valor para los clientes, ya sea a través de experiencias de compra personalizadas o resolviendo puntos débiles comunes del proceso de compra, como las devoluciones de productos, por ejemplo.
Con la IA, las marcas pueden adaptar las experiencias de compra a las preferencias individuales de los consumidores ofreciendo sugerencias de productos personalizadas. Este enfoque no sólo mejora la experiencia de compra, sino que también aborda la cuestión de la inclusión, haciendo que los clientes se sientan vistos y comprendidos al presentarles productos que son relevantes para ellos.
Algunas tecnologías suponen un cambio radical en algunos segmentos minoristas. Es el caso de los escaparates virtuales para el sector de la moda. Los consumidores pueden subir fotos y la tecnología les permite ver qué productos y estilos se adaptan mejor a la forma, el tamaño y el tono de piel de su cuerpo.
De esta forma, las marcas pueden reducir significativamente las devoluciones y aumentar la satisfacción del cliente. Esta tecnología no sólo aumenta la confianza en las compras online, sino que también representa un paso significativo hacia la inclusión en el comercio minorista.
Otro aspecto critico de la IA en el comercio minoritas es su capacidad para mejorar el descubrimiento de productos. Puede aumentar las descripciones de los productos con un conjunto más amplio de atributos, lo que facilita que los consumidores encuentren lo que buscan, ya sea mediante una búsqueda en el sitio web de la marca o en Google, por ejemplo. Esta capacidad es particularmente importante a medida que evoluciona el comportamiento de investigación y búsqueda de referencias, y los consumidores están interesados en aprender más sobre los productos que consumen.
Comprender las preferencias de compra de las diferentes generaciones es otro punto importante. La Generación, por ejemplo, creció con la tecnología y tiene expectativas diferentes respecto a la experiencia de compra, favoreciendo opciones de búsqueda visuales e interactivas.
Las marcas deben reconocer estas preferencias y adaptar sus estrategias, ya sea a través de recomendaciones de productos basadas en inteligencia artificial o experiencias adaptadas al comportamiento de búsqueda visual.
El futuro del comercio minorista pasa por ofrecer experiencias integradas y continuas, en las que las fronteras entre las compras online y offline ya no existan. La IA puede desempeñar un papel clave para unir estos canales, desde permitir a los clientes verificar la disponibilidad de productos en la tienda antes de visitarla hasta aprovechar la realidad aumentada (AR) para pruebas virtuales de productos que pueden mejorar las experiencias en la tienda y en línea.
La idea es hacer que el viaje de compras sea más coherente, coherente y conveniente.
Fuente: Mercado & Consumo.
