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LAS VENTAS DIRECTAS, OPCIóN PARA TIEMPOS DE VACAS FLACAS

Con $6,9 billones en negocios concretados el año pasado y una fuerza laboral de 2,5 millones de personas, el sector de las ventas directas se constituye en una alternativa de emprendimiento tanto en tiempos duros como en tiempos buenos.

Así lo asegura Elizabeth Acuña Ayala, directora de la Asociación Colombiana de Venta Directa (Acovedi), quien explica que esta actividad corresponde a la comercialización de bienes de consumo y servicios directamente a los consumidores, generalmente en sus hogares, en el domicilio de otros o en su lugar de trabajo, siempre por fuera de locales comerciales establecidos.

 

¿Cuántos empleos genera esta actividad en el país?

 

“Aquí me remito a esos empleos formales que las empresas generan para su staff, pues hay equipos de recursos humanos, mercadeo, comunicaciones, y cada compañía al estar legalmente constituida, tiene sus equipos de trabajo. Cuando hablamos de la posibilidad y de la oportunidad de realizar este negocio, hablamos de cerca de 2,5 millones de personas que se dedican a la actividad”.

¿Cuáles son las bondades de este negocio?

 

“Entre los beneficios que tiene figuran la flexibilidad, la independencia de hacerlo en el rato o momento que la persona quiera, y con las metas que se fija. Cuando hay gente que se propone vivir de este negocio, pues entendemos que le va a dedicar mucho tiempo y se va a volver su emprendimiento. En este sector el 80% corresponde a mujeres, muchas de ellas son amas de casa, dedicadas obviamente al hogar, los hijos, el colegio, los uniformes, el almuerzo, el marido, o sea con un trabajo muy importante que nunca ha sido remunerado, y ven en este tipo de negocios la posibilidad de sentirse productivas. Aquí hay muchas variables, y de esos 2,5 millones de personas la mayoría (94%) lo hace a tiempo parcial y como complemento a una actividad normal, como un trabajo tradicional”.

 

¿Cuál es la diferencia entre el esquema de venta directa y el e-commerce, la venta online o web y redes sociales?

 

“Aquí hay una persona detrás de esa gestión de recomendación del producto. Es la persona que al cliente le ofrece pasarle el catálogo por Whatsapp o llevárselo a la casa, y es quien hace la compra para ese cliente. Hay una persona haciendo la labor de recomendar un producto, y ese tipo de gestión es la que hace la venta directa, y lo que nos diferencia de los otros canales de venta”.

 

¿Cuál es el volumen de ventas de este sistema?

 

“Las cifras de cierre del 2023 sumaron $6,9 billones, y entendiendo que Asia es la región más fuerte para la venta directa a nivel mundial, estamos en el lugar 14. Entre los países latinoamericanos están México y Colombia en el ranking de los 15 más fuertes”.

¿Qué hacen las empresas y la asociación para que el sector crezca?

 

“La posibilidad de generar ese ingreso adicional es uno de nuestros argumentos para que la gente vea en esta opción una opción legal y ética. La plata que tenía el hogar el año pasado para el mercado ya no alcanza y todo el mundo está igual. Entonces, esta es una opción, en la que la persona no tiene que dejar el trabajo tradicional y esto ayuda, ya que es una actividad independiente, flexible, sin horario y en la que nadie está presionando. Cada quien lo hace de acuerdo a lo que necesita generar y a sus posibilidades. Es una muy buena opción en momentos difíciles como estos. Y si vamos a ver el portafolio de productos que ofrecen las compañías, pues hay de todo, desde prendas hasta alimentos, pequeños electrodomésticos, hogar y textiles”.

¿Qué dinámica observan las diferentes categorías?

 

“Unas de las categorías que más han crecido en los últimos años es la de cuidado de la piel, cuidado personal y maquillaje. Hay un portafolio súper complementario entre las diferentes marcas, y la otra ventaja es que no es que porque una persona tenga un catálogo no pueda tener otros, se puede tener varios porque no hay exclusividad”.

 

En momentos en que el Gobierno quiere impulsar una reforma laboral, ¿cómo se defiende la actividad de sus detractores, en el sentido de que se afirma que es un modelo de negocio que explota a las amas de casa?

 

“La realidad de nuestro sector es muy clara. Aquí no hay una relación laboral y de hecho la Ley Multinivel, la Ley 1700 de 2013, deja muy claro que la relación que existe entre las personas dedicadas a la actividad y las empresas es estrictamente de comercialización o reventa de productos y cierra esa posibilidad de un vínculo laboral. ¿Y por qué la cerró? Porque la persona no cumple un horario, no tiene una dependencia de nadie, no tiene que cumplir metas de nada, o sea, la persona tiene independencia absoluta, es su negocio”.

Además de la debilidad de las finanzas de los hogares, ¿qué otras preocupaciones se observan?

 

“Hemos tenido históricamente un reto muy importante que son los esquemas fraudulentos, todo lo que tiene que ver con pirámides y que con el mundo digital en el que vivimos todos los días llegan y así el negocio lo hayan organizado en China, llega a todos los rincones del mundo. Y esto es un reto, porque esos esquemas fraudulentos han tendido a parecerse y a venderse como multiniveles. Afortunadamente, contamos con la Ley Multinivel que fue resultado de ese desastre que fue DMG y lo que buscó en su momento el Congreso fue aclarar qué es un multinivel y cuál es su legalidad para excluir lo que no lo es.

Desde hace 3 años trabajamos en el código de ética de la Federación Mundial de Asociaciones de Venta Directa (WFDSA por su sigla en inglés) y con nuestros 28 afiliados en Colombia, porque se volvió obligatorio que todas las compañías se certifiquen en ese código. También con la Superintendencia de Sociedades, que es nuestro ente de vigilancia, en donde hacemos denuncias y hablamos directamente de esquemas ilegales. En nuestro caso, por ejemplo, para los multiniveles, si no tienen el visto bueno de la superintendencia y la carta donde dice que es una empresa vigilada por ellos, no pueden entrar a nuestra asociación”.

 

¿Cómo le fue al sector durante la pandemia?

 

“El crecimiento fue impresionante. Nuestro crecimiento normal siempre ha estado entre 5% y 7%. En pandemia, el sector fue uno de los pocos que estaba preparado para que el producto le llegara a la casa a la gente. ¿Qué pasaba antes? El vendedor independiente le decía a la empresa, este es el pedido y le llegaba a casa. En la pandemia casi que todo estaba listo para que ese pedido se enviara a las personas que el vendedor dijera. Es decir que la infraestructura estaba perfectamente diseñada para ese momento y las cosa llegaran a la casa de los compradores. Súmele a eso que muchos de nuestros afiliados tenían en su portafolio suplementos dietarios y productos de aseo y limpiadores, por eso hubo un boom y una variedad de productos que simplemente llegaba a la casa. El crecimiento fue del 14%, o sea, fue una locura gracias a esas variables”.

 

Fuente: El Colombiano.