KFC y Doritos se unieron por primera vez en Colombia para crear una experiencia que promete cambiar la forma en que muchos disfrutan el fast food.
Esta colaboración única entre la icónica cadena de pollo frito y el snack más crujiente del mercado trae consigo una propuesta irresistible: el Doritos® Kentucky Chicken Sandwich, una combinación que mezcla el sabor característico del pollo de KFC con la intensidad y el crunch de Doritos. Pan brioche tostado con mantequilla, mayonesa cremosa, tomate fresco, queso cheddar, pollo 100 % jugoso y una capa generosa de Doritos crujientes bañados en una salsa de queso que sella la experiencia.
Esta alianza representa mucho más que una nueva receta. Es un paso estratégico dentro de las apuestas de innovación de ambas marcas, que han sido parte del día a día de millones de jóvenes en Colombia. En palabras simples, por fin se juntaron dos sabores que han acompañado a varias generaciones en sus mejores momentos. Y no es una coincidencia.
La colaboración responde a una tendencia global en la industria: las marcas buscan mantenerse relevantes conectando con nuevos públicos a través de sabores audaces, experiencias virales y productos que se puedan compartir en redes sociales.
KFC ya ha demostrado el éxito de este enfoque con lanzamientos como la Chizza o el pollo con Cheetos. Ahora, con Doritos como aliado, el impacto se amplifica gracias al reconocimiento inmediato que tiene la marca en el mercado colombiano.
Para Doritos, la alianza también es una forma de ir más allá del empaque. Al incluirse en platos principales, se posiciona en un nuevo momento de consumo, refuerza su reputación de marca atrevida y amplía su presencia más allá del pasillo de snacks. Además, esta colaboración permite a Doritos probar combinaciones de sabor directamente con los consumidores, lo que abre la puerta a nuevas versiones que podrían trasladarse luego a su portafolio tradicional.
Ambas compañías hacen parte del universo PepsiCo, lo que facilita una integración fluida no solo en productos, sino también en la forma en que llegan al público. Por ejemplo, esta campaña histórica contará con el apoyo de creadores de contenido que compartirán la experiencia con millones de seguidores, aprovechando el poder de las redes sociales para convertir esta colaboración en tendencia.
Colombia fue elegida junto con Sudáfrica como mercado piloto para este lanzamiento, un movimiento que demuestra cómo estos países son cada vez más importantes para probar ideas innovadoras antes de escalarlas a nivel global. Si funciona aquí, es muy probable que los consumidores de Estados Unidos y México vean este producto en sus menús pronto. Si no, las marcas igual se llevan aprendizajes clave para futuras propuestas.
Esta colaboración también busca algo que va más allá de lo comercial: estar presentes en la cultura popular. Hoy más que nunca, el éxito de un producto no depende solo de su sabor, sino de su capacidad para ser compartido, comentado y replicado en redes. Un sándwich con Doritos no solo se come, también se fotografía, se reseña y se viraliza. Es este tipo de conexión emocional y visual lo que convierte una campaña en fenómeno.
Al final, lo que proponen KFC y Doritos es más que una receta temporal. Es una forma de renovar la conversación con los consumidores, de mantenerse frescos, divertidos y audaces. En un mercado donde las opciones son muchas y la atención dura segundos, este tipo de alianzas son claves para seguir generando impacto. Porque cuando dos gigantes del sabor se unen, el resultado no solo se prueba… también se recuerda.
Fuente: Mall & Retail
