La lechona colombiana estuvo de moda por estos días en redes sociales gracias a las declaraciones del presidente de la república, quien, durante un discurso en la Feria de Osaka, en Japón, afirmó que el stand de Colombia se había vendido más de 10 millones de platos. Aunque la cifra resultó desproporcionada frente a la realidad, el comentario tuvo un efecto inesperado: convirtió a este plato tradicional en tema de conversación nacional, despertó orgullo cultural y generó debates sobre el verdadero potencial gastronómico y comercial de la lechona.
Más allá de la polémica, la declaración sirvió para que Mall & Retail analizara la importancia de este popular producto, como vitrina mediática y reposicionarlo en la agenda pública y conectar su valor simbólico con las oportunidades de mercado en los canales de retail y centros comerciales.
La lechona, uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía colombiana, ha pasado en los últimos años de ser una comida típica asociada a celebraciones, ferias y festivales, a convertirse en un producto con presencia cada vez más clara en el retail moderno y en las plazoletas de comidas de los centros comerciales.
Con raíces que se remontan al asado castellano de la península ibérica y a tradiciones árabes que influyeron la cocina española durante siglos, la lechona llegó a Colombia en el siglo XVI. Sin embargo, fue en el Tolima Grande donde se consolidó su identidad, convirtiéndose en sinónimo de música, folclor, fiestas y reuniones familiares. Con el paso del tiempo, la receta se transformó hasta llegar a la versión que conocemos hoy: un cerdo entero relleno de arroz, guisantes, cebolla y especias, asado lentamente hasta lograr una piel crocante y una carne jugosa.
El reconocimiento internacional más reciente lo otorgó TasteAtlas, que en diciembre de 2024 posicionó a la lechona tolimense como el mejor plato del mundo, superando incluso a la pizza napolitana y a la picaña brasileña. Este galardón no solo reafirma su importancia cultural, sino que impulsa nuevas oportunidades para su comercialización en el retail moderno, donde los consumidores buscan productos tradicionales con formatos más prácticos y accesibles.
Dado que no existen estadísticas oficiales sobre el consumo exclusivo de lechona a nivel global, la aproximación más precisa se realiza a partir de las cifras de consumo per cápita de carne de cerdo, su insumo principal. Según datos de 2024, Hong Kong lidera el ranking mundial con 55,2 kilogramos por habitante al año, seguido muy de cerca por Polonia con 55,0 kg y España con 52,6 kg, países donde la tradición porcina tiene un fuerte arraigo cultural.
En América Latina, México se ubica a la cabeza con 23,5 kg, mientras que Colombia registra 14,7 kg por habitante, mostrando un crecimiento sostenido frente a los 13,5 kg de 2023 y los 13 kg de 2022. Estas cifras permiten dimensionar el potencial de la lechona dentro del universo del consumo de cerdo, aunque su preparación se mantenga asociada a la cultura festiva y a la identidad regional.
El consumo de carne de cerdo en Colombia ha mostrado un crecimiento constante, eventos como el Lechona Fest 2024 en Tolima, que vendió 44.000 platos en un solo día, sirven como termómetro de la magnitud del mercado. Además, cada 29 de junio —Día de la Lechona Tolimense— y en las festividades decembrinas, se registra un fuerte pico en el consumo.
El sector de la lechonería está compuesto por productores primarios (porcicultores) y transformadores, que preparan la carne y la convierten en el plato final. En los últimos años, varias empresas han avanzado hacia la industrialización, ofreciendo lechona empacada al vacío, con certificaciones INVIMA y bajo marcas registradas. Esto permite ampliar la distribución en supermercados y garantizar inocuidad y vida útil más prolongada, acercando la lechona a la categoría de “listo para comer” que hoy tiene alta demanda en el canal moderno.
En el retail, las grandes superficies se han convertido en un aliado estratégico para este producto. La marca Ronda, por ejemplo, comercializa bandejas de lechona en porciones de 150 gramos en Éxito, Carulla, Jumbo y Mercacentro. El Grupo Éxito, a su vez, ofrece el plato en sus zonas de restaurantes, con ventas estimadas en 150.000 porciones al año. Esta formalización del canal le da al consumidor la posibilidad de encontrar la lechona más allá de las ferias o las plazas tradicionales, democratizando su acceso.
El crecimiento de las plataformas de domicilios como Rappi e Didi Food también ha dinamizado la categoría. Restaurantes especializados han logrado ampliar su base de clientes sin depender únicamente del tráfico físico, logrando mayor exposición en fechas clave como junio y diciembre. Aunque este canal aún representa un porcentaje menor, su contribución en la estacionalidad del consumo es cada vez más importante.
En el universo de los centros comerciales, la lechona ya hace parte de la oferta gastronómica formal. Según el Estudio de Satisfacción de la Oferta Gastronómica en Centros Comerciales de Mall & Retail, la comida criolla —donde se incluye la lechona— tiene un nivel de preferencia del 8%. Esto refleja que, aunque sigue siendo un plato asociado a lo festivo, ha logrado abrirse espacio en un entorno dominado por hamburguesas, pizzas y pollos asados.
Las cadenas especializadas han sabido aprovechar esta oportunidad. En Cali, Mr. Lechón lidera la expansión con presencia en malls como Jardín Plaza, Unicentro, Chipichape, Palmetto Plaza y Único Outlet. En Bogotá destacan marcas como El Tolimense en Centro Mayor, Diver Plaza, Mall 138 y Nuestro Bogotá, así como Rica Lechona en Mallplaza NQS. Ibagué, epicentro cultural de este plato, lo integra a su identidad con presencia en Multicentro, La Estación y Acqua, donde establecimientos como Donde Pacheco y Donde David mantienen la tradición viva. Incluso en Mallplaza Manizales se confirma la presencia de Rica Lechona en su plazoleta, lo que evidencia la penetración nacional del producto.
La gran apuesta del sector está en lograr la desestacionalización del consumo. Para ello, los productores han empezado a trabajar en porciones individuales listas para calentar, en empaques innovadores y en una mejor distribución en el retail moderno. El reto es convertir la lechona en un producto recurrente y competitivo frente a otros platos típicos de alta rotación, como el tamal, el ajiaco o la bandeja paisa.
En definitiva, la lechona está pasando de ser un símbolo cultural ligado a las fiestas y al folclor, a consolidarse como un producto con proyección en los canales de retail y centros comerciales. Su inclusión en lineales de supermercados, su presencia en las plazoletas de comidas y su creciente formalización la perfilan como un actor relevante en la gastronomía comercial del país. La tradición, ahora industrializada y modernizada, se reinventa para seguir conquistando paladares en Colombia y el mundo.
Fuente: Mall & Retail
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