Los últimos años no le ha sentado demasiado bien a esta marca de ropa que ha logrado superar, de momento.
Con su distintivo estilo que fusiona influencias japonesas con toques vintage estadounidenses, Superdry ha conquistado a muchos jóvenes por todo el mundo. Pero como cualquier gran éxito, la historia de Superdry está llena de giros inesperados, desde sus modestos comienzos en una tienda en el Reino Unido hasta convertirse en un fenómeno global de la moda contemporánea.
La historia de Superdry se remonta a la década de 1980, cuando los jóvenes emprendedores Julian Dunkerton y James Holder se unieron con la visión de crear algo único en el mundo de la moda. Su primer paso fue abrir una tienda en Cheltenham, en el suroeste de Inglaterra, donde vendían ropa vintage importada de Estados Unidos y Japón. Esta experiencia sería fundamental para lo que vendría después.
La marca Superdry en sí no nació hasta 2003, cuando Dunkerton y Holder se asociaron con el diseñador británico Toby Bateman. Juntos, comenzaron a trabajar en la creación de una marca que capturara la esencia del estilo urbano contemporáneo, combinando elementos de la moda japonesa con el diseño clásico estadounidense. El nombre Superdry surgió de una traducción mal entendida de un texto japonés, que encajaba perfectamente con la estética única que estaban buscando.
Uno de los primeros productos que catapultó a Superdry a la fama fue su icónica chaqueta Windcheater, que combinaba un diseño elegante y funcional con detalles llamativos y una calidad excepcional. La popularidad de esta chaqueta entre los jóvenes británicos fue muy rápida, y pronto la marca comenzó a expandirse tanto en el Reino Unido como internacionalmente, aunque, curiosamente, nunca ha llegado a Japón.
Otra de las chaquetas que impulso a Superdry fue el modelo Brad con el que apareció David Beckham sin tener firmado ningún contrato con la marca. Esto nunca se llegó a confirmar incluso se pudo ver al jugador del Manchester United con más ropa de esta marca como hicieron otros famosos como Leonardo Di Caprio o Kate Winslet.
Más calidad.
A medida que Superdry crecía, también lo hacía su enfoque en la innovación y la calidad. La marca comenzó a experimentar con nuevos materiales y técnicas de fabricación. Buscó prendas elegantes, pero también duraderas y cómodas. Esta atención al detalle y compromiso con la excelencia se convirtió en una de las señas de identidad de Superdry, ganándose la lealtad de una base de clientes cada vez más amplia.
El éxito de Superdry no se limitó solo a su ropa. La marca también puso a la venta accesorios, calzado y fragancias, ampliando aún más su alcance y su influencia en la industria de la moda. Además, colaboraciones con diseñadores reconocidos ayudaron a consolidar su posición como una marca de moda de clase mundial.
La salida del Brexit
En 2014, Superdry sufrió una caída en sus ventas debido a una serie de factores, aunque el principal fue un cambio en las tendencias de la moda. Esto llevó a la marca a replantearse su estrategia y a realizar cambios en su dirección creativa y empresarial.
La salida del Reino Unido de la Unión Europea fue una buena noticia para Superdry que mejoró sus ventas. La caída de la libra impulsó el negocio. El cambio de moneda animó a muchos jóvenes a probar la marca o, a los antiguos clientes, a volver a ella aunque ya no tuvieran el perfil de principios de siglo.
Bajo el liderazgo de Dunkerton, quien regresó como CEO en 2019 después de un breve retiro, Superdry se embarcó en un proceso de revitalización y renovación. Se centraron en volver a conectar con su base de clientes y en ofrecer productos que reflejaran el espíritu único de la marca. Esto incluyó el lanzamiento de nuevas líneas de productos, una renovación de las tiendas y un mayor énfasis en la sostenibilidad.
Efectos de la Pandemia
La pandemia volvió a asestar otro golpe a la marca que tuvo que cerrar muchas tiendas por todo el mundo sin capacidad económica para hacer frente a ese periodo de crisis. Todo se complicaba y los números rojos comenzaban a asomar hasta que esta semana Superdry anunció que planea salir de la Bolsa de Valores de Londres, como parte de un plan de reestructuración y aumento de capital.
La compañía busca recaudar hasta 11 millones de euros mediante una ampliación de capital, que estará asegurada por su fundador y consejero delegado, Julian Dunkerton. Para llevar adelante su plan, la empresa puntualizó que necesita la aprobación de los accionistas.
Como parte del rescate, Superdry ha anunciado una serie de medidas de reducción de costes, incluida la reducción de los alquileres en 39 tiendas en el Reino Unido.
El negocio de la moda, que gestiona 216 tiendas y franquicias, ha estado buscando varias formas de reducir costes después de un año de gran debilidad en las ventas.
Otros grandes de la moda en crisis
Abercrombie y Fitch
La que fuera conocida como una marca emblemática de la moda estadounidense, sufrió una crisis importante en la década de 2010. La marca, que estuvo en la cima de la industria de la moda juvenil, tuvo problemas que afectaron su posición en el mercado y a su imagen de marca.
Uno de los principales problemas fue su incapacidad para adaptarse a los gustos y preferencias de sus clientes. Durante años, la marca se había centrado en una estética muy específica, caracterizada por un estilo preppy una imagen de exclusividad y elitismo. Sin embargo, a medida que evolucionaban las tendencias de la moda y la cultura juvenil, esta imagen comenzó a perder relevancia entre los consumidores más jóvenes.
Otro escándalo que dañó su reputación fue su política de marketing, que se centraba en la promoción de una imagen corporal poco realista y en la exclusión de ciertos grupos demográficos.
Naf Naf
El grupo de moda francés Naf Naf se enfrenta a un 2024 decisivo para su futuro. Desde septiembre de 2023 se encuentra en concurso de acreedores y hace cerrado la mayoría de tiendas que tiene por toda Francia.
Naf Naf comenzó su crisis durante la pandemia con el impago de sus alquileres y pasó a manos de SY international, el actual propietario de origen francés y turco
La marca, fundada en 1973, da trabajo a 660 trabajadores en Francia, tiene 131 tiendas y facturó 141 millones de euros en el 2022
GAP
Las tiendas de la cadena textil estadounidense Gap, Gap Outlet, así como su web, cerraros sus tiendas en España el pasado mes de marzo, aunque sus productos se podrán seguir comprando en tiendas multimarca y marketplaces online, como El Corte Inglés, según ha anunciado la marca en Estados Unidos.
En 2020, Gap puso en marcha el llamado Power Plan 2023, un plan estatégico que incluía un recorte radical de su red de distribución, con el foco puesto en el online y en el crecimiento de las marcas Old Navy y Athleta. El objetivo era mantener sus ventas y recortar gastos mediante la cesión de su negocio internacional a terceros.
Fuente: El Debate
