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SE DESPIERTAN TENSIONES EN FALABELLA A 120 DíAS DE LA POSESIóN DE SU NUEVO PRESIDENTE

La tensión entre las familias controladoras, Solari y Del Río, y el equipo ejecutivo aún no se disipa del todo. A fines de agosto vendrán resultados del segundo trimestre desfavorables para la firma presidida desde abril por Enrique Ostalé. Pero al interior creen que la estrategia digital del gerente general Gaston Bottazzini y una mejora en el consumo apuntalarán la situación. 

El recién designado presidente de Falabella, Enrique Ostalé, ha asistido activamente a todas las reuniones de directorio de las diversas filiales que componen el conglomerado, ya sea en calidad de miembro formal o como observador. Durante estas instancias, Ostalé se sienta con atención, toma detalladas notas y plantea preguntas perspicaces que reflejan su compromiso con la operatividad y dirección de la empresa.

 

 

Este enfoque participativo se extiende también a las reuniones individuales, donde ha tenido la oportunidad de interactuar con todos los gerentes de unidades y representantes de distintos países, tanto en Chile como en el extranjero.

Ostalé busca liderar el renacimiento de Falabella.

 

En consonancia con su estilo comprometido, Ostalé tiene planeado un próximo viaje la semana entrante junto al gerente general del Grupo Falabella, Gastón Bottazzini, con destino a la Ciudad de México. El objetivo de esta visita es conocer de cerca la operación de Sodimac en dicha región. Este viaje cobra especial significado, ya que en el pasado, Ostalé tuvo responsabilidades en la dirección de los destinos de Walmart en la misma ciudad.

 

El foco de Ostalé es claro: dar vuelta el mal momento de Falabella. Desde el momento que asumió la presidencia de la empresa, el pasado 19 de abril, la acción de la retailer que aglutina las marcas Falabella, Sodimac , Tottus y Banco Falabella, no ha hecho más que subir.  Al cierre del viernes, lo hacía en 30,8%. Pese a que las razones pueden ser varias. Cercanos al propio Ostalé dicen que no tiene que ver con su arribo, sino que coincidió con que la Bolsa de Santiago lleva un rally de varios meses.

 

No obstante, ciertos operadores del mercado consideran que sí hay un premio por el cambio de timón. Los datos reflejan que el IPSA no ha subido igual que el papel del retailer, y que desde el 18 de abril sólo ha sumado 15,4%. Coincidencia o no, hay varios en el pacto controlador de la firma -que ha visto caer el valor de la compañía en un 70% durante los últimos años- felices con este repunte.

 

Los bandos en el directorio.

 

Ostalé sabe que uno de sus objetivos es reconstruir las confianzas al interior de una compañía afectada en su ánimo interno no sólo por sus malos resultados, los cuales llevan un histórico de tres trimestres de pérdidas, además que por las diferentes miradas que se enfrentan en el directorio y en el pacto controlador.

 

Meses atrás las ramas de la familia Del Río que poseen dos representantes en la mesa, José Luis y desde abril Alfredo Moreno y de Juan Cúneo representado por su hija Paola vienen manifestando que no comparten la estrategia que ha llevado adelante la empresa durante los últimos años. Fueron ellos los que, tras el cambio de directorio que se generó en la última junta de accionistas, presionaron para conseguir que Carlo Solari dejara la presidencia y que fuera reemplazado por Enrique Ostalé.

 

Anteriormente, el exejecutivo de Walmart ingresó a la mesa con los votos de la familia Heller Solari a pesar de que también fue sondeado por la AFP, pero nunca recibió una propuesta formal de ellas-, y no tenía entre sus planes asumir la presidencia; no obstante, desde que se lo plantearon ha tomado un rol muy activo, marcando una presencia diaria en la compañía.

   

Según refiere el diario Financiero de Chile, este escenario ha generado inevitablemente dos miradas al interior del directorio. Aquellos que quieren avanzar con mayor velocidad en los cambios de estrategia  en ellos se encuentran Del Río, Moreno, Cúneo  y que de acuerdo con diversas fuentes suelen insistir incluso en la necesidad de evaluar el rol que ha jugado el gerente general Gastón Bottazzini, quien ha encabezado la estrategia de la compañía estos años. Por otra parte, están quienes piden “prudencia” en la toma de definiciones: Carlo Solari, Cecilia Karlezi Solari y Juan Carlos Cortés Solari.

 

Bottazzini tampoco es indiferente a esta situación, y según cuentan quienes han participado de dichos directorios, él mismo ha planteado que su permanencia en la empresa está condicionada a un cierto nivel de coincidencias en la estrategia que se defina.

 

Además forma parte de la mesa el exejecutivo de Ripley y ENAP, Andrés Roccatagliata, quien arribó al directorio con los votos de la AFP. Si bien él estuvo entre los que votaron por nombrar a Ostalé en reemplazo de Solari, en las discusiones se ha mantenido como un director independiente, sin responder a bandos ni grupos. El noveno director es Germán Quiroga, ingeniero brasileño experto en la industria digital.

De tal manera, quienes han conversado con Ostalé aseguran que él no se considera un “mediador” entre estas dos visiones. “Es un director profesional, que trae su experiencia para colaborar en el repunte de la empresa, y dentro de esa experiencia está su capacidad para reconstruir confianzas. Sin embargo, eso no significa que no ejecute”, dice un ejecutivo que lo conoce.

 

 

El foco digital, la madre del problema

 

Mucho se preguntan en el mercado ¿Qué es lo que pasó en Falabella? En medio de quienes conocen la compañía hay consenso en que a la dupla Solari-Bottazzini les tocó enfrentar una “tormenta perfecta”.

Principalmente el estallido social que afectó las ventas del último trimestre de 2019; seguidamente la pandemia que obligó a cerrar los locales y multiplicó por ocho los pedidos por internet (con los múltiples problemas logísticos que eso generó); cuando se consiguieron abrir las tiendas los clientes tenían un exceso de liquidez producto de los retiros de fondos de pensiones y las ayudas sociales; se hicieron nuevos pedidos a China, pero hubo que enfrentar los problemas que la pandemia generó en ese país y en la industria logística a nivel global; todo esto provocó problemas de inventario que se mantienen hasta hoy, y que se ven agravados por una desaceleración en el consumo que hasta ahora no repunta.

 

El 80% de la caída en el resultado de la empresa se explica por  Sodeimac, Falabella y el banco (todos los negocios en Chile), dice una persona que conoce la empresa. “Las dos primeras se deben a la mezcla fatal de alto inventario y caída en el consumo, y el banco por tema de provisiones, aspecto que ahora debiera cambiar”, explica una fuente de la compañía al Diario Financiero.

 

El conjunto de estas situaciones ha provocado que la empresa lleve tres trimestres mostrando pérdidas, situación que debiera repetirse en el segundo trimestre de este año, cifras que se conocerían hacia fines de agosto.

 

No obstante lo anterior, la principal diferencia que existe en el directorio tiene que ver con el foco digital: qué nivel de inversión se define para este propósito. Las críticas de quienes sostienen esta visión apuntan al modelo de marketplace, a la compra de Linio y al hecho de haber apagado los sitios web de Sodimac y Tottus para concentrarse en Falabella.com, o que pasar del color verde al naranjo confundió.

 

Ostalé-Quiroga-Bottazzini

 

En el primer o segundo directorio tras el cambio de abril, la mesa definió avanzar en una revisión de la estrategia que se había llevado adelante en la empresa. Y se mandató a Ostalé, al director brasileño Germán Quiroga -ambos nuevos en la compañía- y al propio Bottazzini que lideraran el proceso. 

 

Durante estos meses, el equipo ha trabajado intensamente con múltiples reuniones y visitas a terreno. Las conclusiones conceptuales de dicha revisión ya están, y ahora hay que hacer la bajada concreta. En principio se mantendrá la estrategia digital actual, pero con ajustes. Por ejemplo, dentro del marketplace Falabella.com se definió darles más visibilidad a las marcas Sodimac, Tottus y Falabella retail. 

 

Clasificaciones.

 

La explicación de la “tormenta perfecta” exógena de la firma no ha convencido a todos y eso se nota en las dos recientes clasificaciones de riesgo en contra de Falabella. Fitch rebajó la nota a BBB- de BBB en febrero, y Feller Rate cambió la perspectiva desde “estable” a “negativa” la semana pasada. 

 

“La perspectiva Negativa refleja las expectativas de la agencia de un entorno operativo desafiante con costos operativos e inversiones mayores para apoyar la estrategia digital de la compañía, una incapacidad continua para trasladar completamente los aumentos de precios a los clientes y un entorno competitivo más agresivo”, apuntó Fitch en febrero.

 

“La generación de Ebitda ajustado de la compañía se ha visto afectada por los niveles de actividad y las presiones inflacionarias en la región, que impactaron en la estructura de costos”, agregó Feller Rate la semana pasada. 

Muchos creen que con una tercera clasificación negativa, el panorama empeora aún más. Y eso, según el mercado financiero se soluciona con un aumento de capital, del cual están expectantes. De hecho, varios creen que es la salvación para Falabella, y permitiría que algún fondo extranjero grande entre a la propiedad. Pero los dueños han dicho, ya varias veces, que no. 

 

 

La apuesta es que los números empiecen a acompañar. Pero no todavía. Los resultados del segundo trimestre vendrán igual o más malos que el primero, cuando perdió US$ 76 millones. Sin embargo, la apuesta es que hacia fines de año la situación mejore para el retail en su conjunto. 

No obstante, las tareas de Ostalé son claras. En la empresa lo ven enfocado en dos principalmente: reconectar con los clientes, algo que sienten se perdió durante la pandemia; y bajar el nivel de deuda/ebitda de 7,3 veces.


El pacto de accionistas


El pacto de control del grupo Falabella lo tienen seis familias: los Del Río -que tienen acciones para elegir dos directores-, los Cúneo Solari, Heller Solari, Karlezi Solari, Solari Donaggio y Cortés Solari. En conjunto tienen el 68% de la empresa.


Como suele ocurrir en las empresas cuando los resultados no son buenos, se han ido instalando diversas tensiones entre las ramas. La salida de Carlo Solari de la presidencia, la presión de los Del Río y Cúneo a la línea ejecutiva y las filtraciones en la prensa, han provocado que más de alguno se sienta molesto o dolido por la forma en cómo se ha manejado la situación.


“Ya no hay mucho animus societatis”, dice un cercano al pacto. Este pacto de accionistas vence en 2025 y conocedores apuestan a que a inicios del próximo año comience la redacción. El gran tema será definir quiénes van a integrar dicho pacto.


Los ruidos internos.


Al interior de Falabella, en la segunda y tercera línea gerencial las cosas también están agitadas.  A nivel de gerentes, no todos son “team” Bottazzini, y muchos vienen de gerencias y presidencias anteriores.


Hay una especie de parcelas en que cada gerente de unidad defiende sólo su negocio, eso a pesar de que el gerente general ha tenido como foco implementar la idea de “un solo ecosistema”; he ahí por ejemplo la unión de todos los e-commerce bajo falabella.com, donde nombró como gerente al colombiano Jaime Ramírez. 

Según se comenta a nivel de gerentes en Falabella, varios creen que el equipo Ostalé-Bottazzini está comenzando a afianzarse, y no están tan seguros de que el argentino salga de la compañía. Eso sí, creen que habrá cambios en unidades. 


Cercanos a Bottazzini sostienen que entre los gerentes de primera línea, aquellos que integran el comité ejecutivo, están totalmente alineados con el CEO. No obstante, cuando se baja a la segunda o tercera línea, dicha lealtad no es tan clara. 


Esto ocurre particularmente al interior de Sodimac, donde si bien el gerente general Alejandro Arze tiene la confianza de Bottazzini -entró al grupo Falabella en el año 2000 y ha ejercido distintos roles en los negocios de Sodimac, Seguros, CMR y Banco Falabella-, debajo suyo habría ejecutivos cercanos a ejecutivos anteriores y no tan alineados con la estrategia.


Fuente: Perú Retail.